miércoles, agosto 23, 2006

Antiensalada de canónigos y bacon

Nos encontramos ante nuestra primera antiensalada. Para los no doctos en este nuevo lenguaje gastronómico, diremos que una antiensalada es un producto que, partiendo de la base de ser una inocente ensalada sana y con mucho verde, se convierte en todo lo contrario: en una verdadera comida completa que satisfará las necesidades calóricas de un jóven en edad de crecimiento. El secreto, como veréis, se encuentra enterrado entre los diferentes ingredientes que dan forma a estas antiensaladas. Y ahora que está todo explicado y sin más preámbulos, pasemos a relatar como se crea una antiensalada que merece estar en todos los libros de artes culinarias:

Antiensalada de canónigos y bacon (plato único). Ingredientes para 1 persona:
  • Un paquete de canónigos (70gr)
  • Entre 50 y 100 gramos de bacon en taquitos
  • Queso manchego curado (una loncha gorda, de unos 70gr)
  • 2 Rebanadas de pan de ese que viene ya tostado (mejor si es integral)
  • Aceite
  • Vinagre
  • Sal gorda
  • Una cucharada de mostaza suave.
Lo primero y más importante es tener los canónigos en la nevera para que estén bien fríos. Una vez que hallan enfriado, se colocan en un bol o ensaladera y se rocían con la sal gorda (ojo, que el bacon y el queso suelen ser bastante salados) y un poco de vinagre [trucomendación: un vinagre de vino, oscuro y oloroso, es perfecto para los canónigos]. Añadimos el queso cortado en cuadraditos y revolvemos. Una vez revuelto, cubriremos con las rebanadas de pan cortadas también en cuadraditos. Mientras hacemos esto, iremos friendo el bacon con un poquito de aceite y, en cuanto esté crujiente, lo vertimos encima de la ensalada, dejando caer también un poco del aceite de freír. Revolvemos de nuevo para que se mezcle todo bien.

Aparte, en un cuenco, prepararemos un aliño a base de un chorro generoso de vinagre y aceite y le añadiremos la cucharada de mostaza. Removemos bien para que se mezclen y lo echamos inmediatamente sobre la ensalada. Removemos una última vez y servimos en el momento, para que se note el contraste frió-calor y los canónigos no se pongan blandos.


¿Qué tiene de especial esta antiensalada?
En primer lugar, el contraste entre el frió de los canónigos y el calor del bacon, lo que produce una agradable sensación en la boca, que además va evolucionando según se produce un intercambio de temperatura entre los ingredientes. Así mismo, el sabor curado del bacon y el queso se amoldan a la perfección con el amargo de los canónigos y esta fusión es resaltada por el sorprendente sabor de la mostaza.


No olvideis revolver cuando la receta lo diga, ya que si no lo haceis de esta forma, las salsas no se ligaran a los productos que se tienen que ligar y el pan no se empapará del aceite de freir. No son momentos arbitrarios, sino los momentos en los que deben hacerse.

No hay comentarios: